Maldita tecnología
Hace ya más de una década que nos acostumbramos a vivir pegados a un teléfono móvil. Cada vez lanzan modelos más avanzados con mejores prestaciones y mayor velocidad, pero aún y con eso, no podemos evitar que a veces hagan cosas muy raras. En muchas ocasiones, esto ocurre por el deterioro del hardware, de la batería, o por la antigüedad del terminal. Sin embargo, en otras ocasiones, este comportamiento extraño del smartphone se puede deber a algo mucho más grave: El ‘sim swapping’.
¿Qué es el ‘sim swapping’?
El ‘sim swapping’ no es poca broma. La Guardia Civil advierte de este fraude, que suele venir precedido del robo de otros datos de los usuarios. Este timo, que en español vendría a ser la ‘suplantación de la tarjeta SIM del móvil’, hace que el teléfono función de manera defectuosa. Puede que se reinicie sin que lo ordenemos nosotros, que no encuentre cobertura en un lugar que sí la tiene, o que haga otros procedimientos extraños.
Cuando esto ocurre, lo normal es que sea por algún desperfecto en el terminal. Sin embargo, desde que conocemos el ‘sim swapping’ recomendamos a todos los usuarios que sean testigos de un comportamiento extraño de su teléfono, acudan a revisar su cuenta bancaria.
Un caso real
Uno de los damnificados por este fraude, en declaraciones a El País, explicaba que su teléfono dejó de tener cobertura. Acto seguido reinició el celular sin éxito y acabó por llamar a la compañía para explicar su situación y se encontró con que según le decían, “había solicitado un duplicado de mi tarjeta SIM en una sucursal en otra ciudad”, algo totalmente falso. Tras esto, revisó su cuenta bancaria y se encontró con que estaba bloqueada.
Miles de euros
Tras ponerse en contacto con su entidad le confirmaron que le habían congelado la cuenta tras detectar movimientos extraños. La propia entidad le recomendó consultar su saldo en un cajero. Al acudir a uno se quedó perplejo: varios miles de euros habían desaparecido y hasta tenía solicitado un préstamo a su nombre de 50.000. No sabía cómo, pero alguien había usurpado su identidad para lucrarse usando sus datos.
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