Todo el que haya tenido ya un par de smartphones saben que éstos dejan de funcionar como lo hacían al principio apenas pasados unos meses. Algunos hablan de la ya famosa 'obsolescencia programada', una idea que sostiene que muchos de los objetos de usuo diario que están presentes en nuestras vidas están fabricados de tal forma que, pasado un tiempo prudencial, acabarán por quedar inservibles antes de tiempo, para así, tener que comprar otro cuanto antes, ya que se trata de un dispositivo indispensable en nuestros días. Y es que las cosas ya no duran lo que lo hacían antes.
Uno de los signos más evidentes de que tu teléfono ha entrado en su 'tercera edad' son los problemas de carga de la batería, ya que a medida que pasan los meses, el proceso es mucho más lento de lo que era cuando apenas había salido de la fábrica. Existen varios factores que hacen que la carga de tu smartphone sea más lenta.
¿Qué le pasa a mi móvil?
Si tu móvil tarda más en cargar que antes, puede que todo, excepto ésto, claro está, esté en orden y no se trate de un problema grave. Lo cierto es que la mayoría de las baterías que ahora llevan nuestros móviles incustradas a ellos son de Li-ion, un sistema que, en teoría es fiable, estable y duradero, pero al que cada carga completa realizada hace que el rendimiento de los electrodos positivos y negativos mediante los que funcione sea menor, por lo que cada vez que lo cargamos le estamos restando vida útil a la batería. Esta vida se estima en la actualidad entre 300 y 500 cargas completas, algo que refuerza la idea que sostienen los teóricos de la 'obsolescencia programada', que estiman la vida útil de un teléfono en poco más de un año natural.
Foto: Shutterstock