Casi de la nada, hace unos años, los principales distribuidores de electrónica del país comenzaron a anunciar algo sobre lo que la mayoría de nosotros jamás habíamos oído hablar, el 'Black Friday', una tradición con origen en Estados Unidos en la que muchas empresas ponían a la venta gran parte de su catálogo a precios reducidos el día después de Acción de Gracias. Así, contrariamente a lo que se podría pensar este 'viernes negro' no tiene connotaciones negativas, sino todo lo contrario, ya que tradicionalmente era el día del año en el que las grandes empresas pasaban de estar en pérdidas a generar beneficios, pasando así de números rojos a negros. Hoy, es raro el establecimiento por pequeño que sea que no se haya sumado a esta moda del Black Friday, una práctica sobre la que debemos tener una serie de consideraciones previas.
¿Son ofertas reales?
En ocasiones, algunas de las empresas que más se afanan en anunciar sus descuentos del Black Friday han sido denunciadas ante los organismos pertinentes por falsear sus ofertas con motivo de esta fecha, no solamente anunciando promociones falsas, sino subiendo los precios respecto al registrado semanas antes y haciéndolo pasar por una oferta. Para evitar ser víctima de estos cebos a los que recurren tanto distribuidores como fabricantes es importante no dejarse llevar por la impulsividad y comprar solamente aquello que realmente queremos. Así, muchas personas esperan al 'Black Friday' para tentar a la suerte y ver si aquello por lo que llevan meses suspirando va a rebajarse estos días, por lo que conviene monitorizar el precio de lo que queremos semanas antes de estas fechas para saber si las ofertas son descuentos reales o todo lo contrario, haciendo que muchos se dejen llevar por vistosos letreros y precios a tamaño gigante para pagar más por algo que, días atrás era más barato.
Timos
Como se solía decir hace años en España, nadie da "duros a cuatro pesetas", algo que extrapolado a los días que corren podría transformarse en "nadie vende iPhones a 50 euros". Son muchos los que aprovechan el Black Friday para lanzar ofertas muy llamativas que resultan ser fraudes, precios tan buenos que parecen falsos ... y lo son. Los timos se han ido sofisticando en medida que los compradores van adquiriendo mayor cultura en lo que a compras online se refiere, hasta el punto de imitar las páginas webs del fabricante para captar víctimas, que verán como no solamente han pagado por un producto que nunca llevará, sino que verán como sus datos personales han sido sustraídos y podrán ser usados en el futuro, por lo que conviene desactivar la tarjeta de crédito si sospechamos que hemos caído en una de estas trampas.
En cualquier caso, si algo parece demasiado bueno para ser cierto, probablemente no lo sea, por lo que más vale tirar de sentido común y no dejarse llevar por nuestros impulsos. Además, si sospechas de la autenticidad de una página, mira en la barra del navegador, deberá aparecer el icono de un candado que indica que la compra es segura; de lo contrario sal de la página como alma lleva el diablo.
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