Los móviles avanzan y se vuelven cada vez más sofisticados, pero no así la batería con la que funciona, cuya duración no ha ido aumentado conforme el resto de las prestaciones de los terminales también mejoraban. Esto hace que, a más funcionalidades y aplicaciones que tenga que tener un smartphone en funcionamiento, más será su consumo de batería, teniendo que vernos obligados a cargarlos constantemente, mientras que los teléfonos móviles de las primeras generaciones podrían funcionar sin recargarse durante casi una semana. En la actualidad y debido a la dependencia que la mayoría tenemos de estos gadgets, es frecuente que tengamos que pedir prestado un cargador a otra persona a modo de emergencia, una práctica que debes dejar de realizar no por uno, sino por varios motivos que desgranamos a continuación.
Personal e intrasferible
"Es como si le pidieras prestada a otra persona su ropa interior" Con esta frase breve, concisa y directa definía Charles Henderson, socio de gestión global y jefe de X-Force Red en IBM Security para la revista Forbes la práctica de pedir el cargador de teléfono, ya sea Android o iOS a otra persona. Henderson considera que el cargador del teléfono móvil un bien personal, a la altura de cualquier producto de higiene íntima, recomendando comprar uno nuevo que sea intransferible si hemos pedido el que venía originalmente en el embalaje de nuestro smartphone.
Hackers
La razón principal para no pedir prestado un cargador de teléfono móvil es que los piratas informáticos contratados para robar información personal, ya han descubierto formas de implementar malware en éstos, algo que aunque parezca ciencia-ficción está a la orden del día. Como quizás sabes, el malware es un software que extrae información personal o contraseñas para robar dinero de nuestras cuentas bancarias o simplemente bloquear el acceso al terminal. De esta manera, cuando los piratas informáticos instalan el malware en el cable de carga y este está conectado a nuestro teléfono, pueden enviar toda nuestra información personal, bancaria y laboral a un sistema remoto en el que quedarán almacenados estos datos robados.
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