Desde que comenzara hace unos meses la carrera entre varias de las empresas farmacéuticas más poderosas del mundo por conseguir una vacuna eficaz y barata contra el coronavirus, la desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford ha sido considerada siempre como el 'patito feo' entre las existentes, al revelarse menos eficaz que la de Pfizer y Moderna, en especial contra las nuevas cepas surgidas en las últimas semanas, revelándose en varios estudios como solamente eficaz en un 10% de los casos.
Paralizada la vacunación de AstraZeneca
Desde un primer momento siempre se ha puesto en entredicho los posibles efectos secundarios de las vacunas contra el SARS Cov-2, en tanto en cuanto la urgencia de la situación ha acortado los tiempos de ensayo, siendo menos estudiados que en productos similares. Si bien se han ido reportando puntualmente casos de enfermedades graves o incluso fallecimientos tras una reacción adversa a una de las dosis, la situación no ha sido tan grave como lo es ahora, obligando al Gobierno de Dinamarca a paralizar temporalmente el proceso de vacunación con el producto de Astrazeneca, el que se está suministrando en estos momentos en España a trabajadores esenciales menores de 55 años, tras reportarse muertos y "casos graves de trombos".
El ejecutivo escandinavo ha frenado la imunización con este producto durante 14 días al reportarse varios casos graves, entre los que podría estar un fallecimiento que en estos momentos se estaría estudiando si está directamente relacionado con la administración de una de las dos dosis o se debe a otros factores ajenos. En paralelo, la Agencia Europea del Medicamento ha abierto una investigación para estudiar la conveniencia de aplicar esta medida en el resto de países de la Unión Europea, aunque desde Dinamarca se llama a la prudencia. "Estamos en la campaña de vacunación más grande e importante en la historia de Dinamarca, necesitamos todas las vacunas que podamos conseguir. Por eso no es una decisión fácil suspender una. Pero debemos reaccionar con cuidado cuando hay evidencia de posibles efectos graves", afirmó el director de la sanidad pública danesa, Søren Brostrøm.
Brostrøm
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