Desde que comenzaron a verse las primeras mascarillas en España a causa del coronavirus, hemos visto como muchas personas cruzan sus gomillas en vez de usarlas de la manera que fueron diseñadas. En un principio la mayoría de las personas que adoptaron este método alegaban que así se sentían más cómodas, al ajustar más la mascarilla a la forma de su rostro y relajar la presión sobre las orejas. Con el tiempo, otros comenzaron a portarlas de esta forma al considerar que se protegía más contra el coronavirus, algo que no deja de ser una falsa sensación de seguridad, producida por el hecho de sentirla más cercana a las vías respiratorias, es decir, de la boca y de la nariz.
¿Qué forma de llevar la mascarilla protege más?
La forma tradicional de llevar la mascarilla, es decir, sin cruzar las gomillas es la más eficaz contra los contagios. Al portar las gomillas en forma de 'X' se abren unos huecos en los laterales que pueden ser vía de entrada y de salida del virus, por lo que está altamente desaconsejado llevarla de esta manera. Es más, en las últimas semanas, tanto personal sanitario como ciudadanos de a pie han comenzado a ataviarse con dos mascarillas en lugar de con una, para que así una tape los huecos que puede dejar la otra, algo que en varios estudios se ha revelado como eficaz, especialmente ante la tos y los estornudos, en los que la emisión de aerosoles aumenta exponencialmente.
Sobre las gomillas en forma de 'X' la Universidad de Delft, en Holanda, ha desarrollado un ensayo en el que se pone de manifiesto la importancia de no dejar huecos en los laterales, ya que los aerosoles que se emiten al respirar, hablar, toser o estornudar se liberan por ellos, haciendo que las mascarillas pasen a ser del todo ineficaces. Así, muchos expertos recomiendan no solamente no estar cerca de las personas que visten sus mascarillas de esta forma, sino evitar estar tras ellas, ya que la propia forma en la que queda dispuesta la pantalla hace que los aerosoles salgan hacia detrás.
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