Hace unas semanas leíamos horrorizados en los medios de Reino Unido que una nueva cepa del coronavirus surgida en el país que dirige Boris Johnson estaba causando estragos a lo ancho y largo de todas sus regiones, obligando al ejecutivo a decretar un confinamiento casi total, muy similar al que vivimos en España entre marzo y mayo. Las características de la nueva variante británica, de la que ya se están registrando casos en España, hacen que si bien no sea más mortal que otras que han actuado en el pasado, sí es mucho más contagiosa, por lo que el número creciente de casos podría colapsar la sanidad no solamente de las islas británicas, sino también de los países más cercanos.
Ahora que ya se conoce más sobre la cepa británica, ha surgido otra mucho más peligrosa, esta vez casi en la otra punta del mundo, Sudáfrica, una cepa sobre la que ya hay estudios y que hace que incluso se pongan en duda las últimas vacunas desarrolladas para evitar contagios.
¿Qué es la cepa sudafricana?
Esta variante descubierta en el país africano a mediados del pasado mes de diciembre ha sido nombrada como 501Y.V2, al tener en común con la británica (conocida también como N501Y), ya que ambas comparten la proteína de pico que usa el virus para poder entrar en el cuerpo humano y que es, al menos en parte, lo que hace a esta variedad tan infecciosa respecto a las anteriormente registradas. Además de esta alta tasa de contagios lo que preocupa a la comunidad científica es que estas dos cepas, en tanto en cuanto se han desarrollado después de la aparición de las vacunas que ya se han comenzado a administrar en algunos países, sean ineficaces contra esta evolución del virus. Preocupa especialmente el caso de la variante sudafricana, puesto que no existe suficiente información al respecto sobre la misma, a diferencia de la británica, que sí ha sido ampliamente documentada.
Foto: Shutterstock