Tras meses de espera, la vacuna contra el coronavirus se ha comenzado a aplicar en los países más afectados por la pandemia, con la esperanza de, así, poder poner fin del todo a esta pesadilla colectiva. En Europa, la estrategia de vacunación por la que están apostando la mayoría de los países miembros y el Reino Unido (ya fuera de la UE) es por la de inmunizar primero al personal sanitario y a los mayores que vivan en residencias de ancianos, al ser considerados la población de más riesgo y, por tanto, con alta prioridad para recibir la vacuna. Lo que parece ampliamente aceptado en esta parte del planeta no lo es en otras regiones, en las que se ha adoptado un sistema completamente opuesto, vacunando en primer lugar a la población de menor edad siguiendo un razonamiento que allí se considera lógico.
¿Hay que vacunar a los jóvenes primero?
Una de las estrategias de vacunación que más está llamando a la atención en Occidente es la adoptada en Indonesia, un país de 267 millones de habitantes que según sus registros oficiales cuenta con alrededor de 25.000 fallecidos a causa del SARS Cov 2, donde se ha optado por dar prioridad a las personas situadas entre los 18 y los 59 años, al considerar que, al ser población más activa y que hace parte de su vida fuera de casa son más proclives tanto a contagiar como a ser contagiados. No obstante, y tal como ocurre dentro de nuestras fronteras, también se considera población con prioridad a la hora de recibir la vacunación las consideradas como personas en 'primera línea', es decir, sanitarios, policías y militares.
"Cuando la población más activa y más expuesta a los intercambios esté inmunizada, se creará una barrera que protegerá a los otros grupos", sostiene Amin Soebandrio, director del Instituto Eijman para Biología Molecular en la capital, Jakarta, explicando la estrategia 'a contracorriente' que se ha seguido en este país del sudeste asiático.
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