Con todo lo que ha llovido desde entonces muchos quizás no lo recuerden, pero las mascarillas, que ahora son desgraciadamente parte de nuestra vida cotidiana, llegaron una vez comenzado el confinamiento, ya que por aquel entonces todavía no se sabía a ciencia cierta que éstas previnieran los contagios, algo sobradamente demostrado hoy día. Por aquel entonces, en primavera del año pasado, no habíamos experimentado el hecho de que se acumule humedad en las mascarillas, algo más propio de épocas con bajas temperaturas y que muchos hemos tardado varios meses en experimentar, considerando de forma errónea que había que deshacerse inmediatamente de la mascarilla mojada, creyendo que esto la hacía perder su eficacia. Nada más lejos de la realidad, puesto que podrían protegernos del covid-19.
La humedad en las mascarillas
Un estudio de reciente publicación en la revista Cell y elaborado por el doctor Adrian Bax, afirma que "hemos descubierto que las mascarillas incrementan la humedad en el aire inhalado y hemos propuesto que la resultante hidratación del tracto respiratorio podría ser responsable de la contrastada conexión entre una menor severidad del covid-19 con el uso de mascarilla", por lo que no recomienda deshacerse de la misma tan pronto comencemos a notar la humedad acumulada alrededor de nuestra boca y nuestra nariz, vías respiratorias ante las que la mascarilla hace de pantalla, evitando la expulsión de aerosoles al exterior y la entrada de éstos al interior de nuestro organismo.
Una de las conclusiones más importantes a las que llega el ensayo de Bax y de su equipo es que la humedad que se genera en las mascarillas puede llegar a mitigar la gravedad de la gripe, algo que podría aplicarse también al coronavirus, en tanto en cuanto ambos virus comparten ciertos patrones y formas de contagiar a los seres humanos, una hipótesis en la que estarían trabajando en estos momentos para poder desarrollar más en profundidad y ver qué aplicaciones en un futuro a croto plazo podría tener para detener con efecto la pandemia.
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