Desde que se anunciara la llegada de las primeras vacunas a Europa, la de AstraZeneca, desarrollada en el Reino Unido, es la que más rechazo ha generado entre los ciudadanos, primero por ser la menos eficaz de todas ellas y, ahora, por los graves efectos secundarios que se vinculan a la misma. Tampoco los continuos vaivenes de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) invitan a confiar en ella, ya que tan pronto pide prudencia sobre estos problemas asociados y afirma que son muy escasos, como reconoce que puede causar problemas y obliga al fabricante a incluir una advertencia en su etiquetado advirtiendo sobre los efectos adversos que puede causar.
Los efectos secundarios del Paracetamol y el Ibuprofeno
Las continuas informaciones que aparecen en los medios de comunicación sobre el antídoto de AstraZeneca ha llevado a muchos ciudadanos llamados a vacunarse a rechazar su turno, con la esperanza de volver a ser requeridos más tarde, esta vez con un producto de otro laboratorio, véase Pfizer, Moderna o Janssen, la última en llegar. Si bien es ingenuo negar que pueden existir problemas ligados a la inmunización con AstraZeneca, en estos momentos se sitúa en 1/100.000 la posibilidad de desarrollar un trombo, no es menos cierto que existen medicamentos comunes como el Ibuprofeno, el Paracetamol o la propia Aspirina que pueden causar efectos secundarios más graves y en mayor proporción que esta vacuna, con el agravante de que muchas veces no se toman con supervisión médica.
Uno de los medicamentos más populares en nuestro país es el Ibuprofeno, que ha desplazado a la aspirina como uno de los medicamentos preferidos para aliviar todo tipo de dolores. El aumento de la automedicación con este antinflamatorio obligó a la Unión Europea a emitir un dictamen prohibiendo a sus estados miembros vender sin receta el producto de 600 mg, que ahora debe ser dispensado por un médico con licencia. Entre otros problemas, según un estudio publicado en el Journal of the American College of Cardiology, el consumo prolongado de este medicamento puede derivar en problemas cardiacos, aumentando las posibilidades de sufrir un infarto y/o sangrados internos.
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