Recuperando libertades, ¿aumentando el riesgo?
Desde que nos enfrentamos a la pandemia del coronavirus estamos aplicando medidas de prevención como son la distancia social, lavarse constantemente las manos, o el uso de mascarilla. Además, hemos estado tres meses confinados para aislar al virus y contribuir a que nuestro sistema sanitario pudiera hacer frente al brote. Ahora, ya desde la nueva normalidad, hemos recuperado muchas de nuestras libertades. Estas libertades nos permiten realizar actividades que eran bastante habituales en nuestra vida pre-COVID-19. No obstante, y como el virus sigue activo provocando rebrotes por todo el mundo, hoy queríamos analizar el riesgo de contagio que corremos al realizar cada una de esas actividades que estamos volviendo a desempeñar.
Nueve niveles de riesgo
Para ello vamos a hacer referencia a una tabla elaborada por la Asociación Médica de Texas, Estados Unidos. El objetivo de esta clasificación es agrupar actividades diarias en función del riesgo que tienen de generar contagios de COVID-19 para concienciar a la sociedad. Tras analizar las actividades cotidianas, determinaron que existían hasta nueve niveles diferentes de riesgo de contraer el virus en función de la actividad desempeñada, siendo 1 el nivel de riesgo más bajo, y 9 el más elevado.
Riesgo bajo
Según la Asociación Médica de Texas, abrir el correo sería la única actividad de las analizadas que estaría en el nivel 1 de riesgo de contagio. Recoger comida de un restaurante, ir a la gasolinera, jugar al tenis y acampar forman parte del nivel 2, que sigue siendo bajo.
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