Son muchos los adultos que no comienzan a funcionar correctamente su jornada hasta que no se toman una buena taza de café para tener la energía necesaria para afrontar el día, en especial si nos esperan horas de mucho ajetreo, como puede ser el de tener que tomar un avión, una tarea que requiere tener puestos los cinco sentidos en ella debido a lo caóticos que pueden llegar a ser los aeropuertos. Sin embargo, quizás no te habías fijado que las azafatas de los aviones comerciales son las primeras en no tomar las bebidas que ofrecen al pasaje en el carrito, por una sencilla razón que nos hace plantearnos si nosotros deberíamos dejar de hacerlo también.
El motivo
Cualquiera que haya tomado un vuelo a horas intempestivas -es decir, o muy temprano o muy tarde- sabe el agotamiento que esto supone para el cuerpo, una circunstancia ante la que muchos recurren a la cafeína para poder aguantar despiertos al menos hasta el momento del embarque. Si bien la teoría dice que la cafeína puede servir en este contexto, los tripulantes de un avión comercial no lo tienen tan claro y son reacios a tomar café o té para conseguir esa dosis de energía extra o al menos con las infusiones que se preparan a bordo. El motivo es que éstas se preparan con agua de un grifo de la aeronave y no con agua embotellada, algo que hace que no solamente tengan un sabor muy particular, sino que se corre el riesgo de ingerir bacterias peligrosas para la salud.
El estudio
570/5000Según un estudio realizado en 2004 por la EPA, la Agencia del Gobierno Ambiental de Estados Unidos, se encontraron bacterias coliformes en el 15% de los aproximadamente 300 aviones analizados, y en los depósitos de agua de dos de ellos incluso encontraron E. coli. Algunas variedades de esta bacteria producen toxinas que pueden dañar los riñones, el sistema nervioso central y la sangre. Así que, si quieres café o té, piénsalo dos veces: hoy en día, al menos uno de cada ocho aviones viola las normas de seguridad del agua, que se adquiere en los aeropuertos a través de una manguera de entrada de agua, lo que hace dudar de las condiciones de salubridad de la misma.
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