Una persona puede caminar un promedio de 240 a 300 kilómetros a lo largo de un año. Por eso resulta fundamental adquirir zapatos de calidad que cuiden los pies y no los dañen. Ya sabemos que la moda impone a veces un calzado imposible que resulta muy estético pero poco saludable. Lo mejor es olvidarnos de las tendencias por un momento y pensar en nuestros pies, la parte del cuerpo que soporta mayor peso. Desde aquí te vamos a ayudar a descubrir cuál es el calzado perfecto o al menos a desterrar los zapatos que pueden dañar tu salud.
1. Zapatos con punta en pico
No hay duda de que con ellos vestirás a la última, pero ¿no los sientes demasiado apretados? Los pies deben tener libertad y con esta clase de calzado, los dedos de tus pies notarán mucha presión. Tus pies sufrirán las consecuencias al ir a la moda, es decir, la aparición de ampollas y un dolor insoportable que llegará al final del día precisamente al estar tan comprimidos. Al menos, antes de comprarte uno de estos zapatos, asegúrate de que tus pies están cómodos en su interior.
2. Las chanclas producen desviaciones graves
Las chanclas parecen el calzado perfecto para el verano y la playa. Ahora bien, en el fondo sabes que no son tan cómodos como parecen porque los dedos se rozan los unos con los otros y puede generar daños en la piel. Además, se puede producir con el tiempo una desviación en los tobillos y las rodillas, pues los pies no se encuentran bien sujetos y no encuentran el apoyo que necesitan. Por si esto fuera poco, es más que probable que hayas sentido un cansancio que aparece de forma precipitada mientras caminas con ellas.
3. Tacones altos pueden causar daños a los nervios
Ya se sabe que los tacones van bien con todo y que incluso nos sentimos poderosas con ellos. Nos hace sentir atractivas y la ropa sienta mucho mejor. Ahora bien, el daño que pueden acarrear es más grave de lo que crees. El uso de este tipo de calzado puede llevar a uñas encarnadas, esguinces e incluso daños en los nervios, por no hablar del dolor que aparece en la parte inferior de la espalda. Para deshacerte de estos problemas, es preferible optar por unos tacones que no superen los 7 centímetros de altura. A partir de esa cifra, la movilidad funcional disminuye y el equilibrio empeora. Para evitar esto, recuerda cambiarte los zapatos en la oficina.
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