Cuando el coronavirus hizo acto de presencia en China a finales de 2019, aún no éramos conscientes de lo que se avecinaría en el mundo. De hecho, que España se convirtiera en uno de los países más afectados de Europa, era algo impensable para nosotros.
Limpiarse las manos y evitar el uso de joyas
Tanto la Organización Mundial de la Salud como nuestro Gobierno han insistido mucho en lo importante que es cuidar nuestra higiene en estos momentos. Tener las manos limpias y lavarlas constantemente con agua y jabón es una de las maneras para evitar el contagio y la propagación del COVID-19. Ahora bien, desde hace unos días, hay que sumar a esto otro gesto que el Ministerio de Sanidad de España nos ha recomendado: "evitar el uso de anillos, pulseras, relojes y otros adornos".
El virus puede permanecer en superficies no porosas
Desde que salió este anuncio, la gente se pregunta la razón por la que hay que evitar el uso de joyas y demás accesorios. Pues bien, algunos estudios han revelado que el coronavirus puede permanecer en superficies no porosas como el acero inoxidable y el plástico hasta tres días. De esa manera, las bacterias que portan el virus pueden estar en nuestras joyas, relojes y anillos sin que lo sepamos.
¿Por qué puede sobrevivir en ellas?
Además, también otros estudios han podido corroborar que las personas que tenían anillos, tras lavarse las manos presentaban más bacterias que quienes no utilizaban. Según las investigaciones realizadas hasta la fecha, las bacterias se sienten más protegidas en este tipo de superficies. De hecho, las capas internas de anillos, pulseras o relojes están húmedas y tienen poca exposición a la luz del sol, de ahí que sea el ambiente propicio para su permanencia.
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