La salud de nuestra piel depende de muchos factores. Está bien utilizar productos que tengan vitaminas C y E e incluso utilizar ácido hialurónico para vernos mejor. Sin embargo, es muy importante usar productos solares y comer alimentos saludables. Sea como sea, nuestra masa ósea cambia con el tiempo y los cambios hormonales influyen en ello. ¿Quieres saber cómo cambiamos a partir de los 30?
Factores que intervienen en el proceso de envejecimiento
A medida que pasa el tiempo, la piel se vuelve menos elástica y hay que empezar a cuidarla a través de cremas o parches, así como otros procedimientos como mesoterapia para tratar de mejorarla. Sin embargo, la aparición de arrugas no depende solo de la piel, sino de otros componentes estructurales más profundos como los depósitos de grasa, los tejidos blandos y el cráneo que se encuentra sujeto a la resorción ósea. Para frenar el envejecimiento, es necesario entender cómo funcionan estas cosas.
Cambios en nuestro cuerpo y rostro
El tejido óseo se destruye gradualmente. Los huesos se renuevan a lo largo de la vida, pero después de los 35 a 40 años, comienza un proceso de destrucción que predomina frente al de crecimiento.
A medida que envejecemos, el esqueleto se vuelve más frágil y grande. Sin ir más lejos, los huesos pélvicos crecen hasta los 25 o 30 años, cuando el cuerpo se está preparando para dar vida. Tras los 40, la pelvis tiende a estrecharse cada vez más.
La reabsorción ósea tiene lugar y puede afectar al cráneo de diferentes maneras: reducción de la altura facial relacionada con la pérdida de dientes, las prominencias óseas aumentan, la mandíbula inferior se ensancha, las órbitas óseas se vuelven más grandes, al igual que la nariz. Todos estos cambios están relacionados con los cambios de los tejidos blandos que se encuentran debajo de la piel y con la pérdida de elasticidad. Pero principalmente se encuentra relacionado con los dientes y la salud.
Las órbitas óseas, principalmente sus esquinas interiores y exteriores, se vuelven más grandes. Por esa razón, las cejas se ven levantadas y las patas de gallo hacen acto de presencia. A todo esto, hay mucha gente que piensa que los estiramientos faciales es una ayuda para frenar el envejecimiento, algo que no es del todo cierto.
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