Mientras que algunas personas necesitan uno o varios cafés a lo largo de la mañana para poder rendir como es debido en el trabajo, otros tantos son los que, a pesar de que disfrutan de su sabor, afirman que, pasada una hora determinada del día, no pueden dormir si se toman una taza, por lo que recurren al descafeinado, con el objetivo de poder tener un sueño reparador una vez llegue la noche. No obstante, esta alternativa podría ser no todo lo buena que cabría esperar, puesto que si bien el descafeinado no contiene el mismo nivel de cafeína que la versión convencional de esta infusión, lo cierto es que sigue conteniendo cierta cantidad de la misma, que podría interferir en tu descanso diario.
¿Cómo lo hacen?
El proceso para eliminar la cafeína de los granos de café no es un proceso sencillo, a pesar de que la gran variedad de productos de este tipo en el mercado sugiera lo contrario. Si bien existen varios métodos para hacerlo, la forma más popular consiste en cultivar y secar las semillas verdes de café, para más tarde sumergirlas en una solución hecha a base de etanoato de etilo o de cloruro de metileno para tal fin, por lo que intervienen varios productos químicos para conseguir el descafeinado, siendo un proceso mucho menos natural que el de obtención del café convencional.
A pesar de que el uso de varios productos químicos para eliminar la cafeína de los granos de café puede sonar como motivo de preocupación, lo cierto es que solamente una cantidad mínima de éstos permanece en el producto una vez terminado y envasado. El etanoato de etilo es considerado por la mayoría de organismos mundiales especializados en salud como un compuesto cuya ingesta no supone un riesgo para la salud, mientras que el cloruro de metileno puede resultar cancerígeno si se toma en cantidades elevadas, por lo que su presencia en el descafeinado no supone un peligro para la salud, puesto que apenas 10 partes por millón del producto lo contienen.
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