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Las empresas podrán negar el derecho al trabajo a aquellos que no se pongan la vacuna contra el coronavirus
Las empresas podrán negar el derecho al trabajo a aquellos que no se pongan la vacuna contra el coronavirus
El Gobierno de Pedro Sánchez anunció hace unos días el plan de vacunación al que se someterá España en unas semanas, dando prioridad a los considerados como población de riesgo (sanitarios, ancianos, pacientes crónicos) e inmunizando al resto de la población conforme se vayan adquiriendo más dosis en el mercado. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ya ha anunciado que si bien no es obligatorio vacunarse contra el coronavirus sí es extremadamente recomendable, y ha hecho un llamamiento a la responsabilidad de la población. Illa considera que, en base a experiencias pasadas en otros países, consideran contraindicado la obligación gubernamental para ello, dejándolo así en manos de los propios ciudadanos.
Por otra parte, la visión de las empresas es bien distinta, ya que estaría justificado el despido de aquellas personas que hayan rechazado el protegerse contra la enfermedad
¿Obligados a vacunarse?
Aunque todavía no existe jurisprudencia al respecto, lo cierto es que la Unión Europea ya ha hecho una afirmación firme sobre el supuesto de que se produzcan despidos de trabajadores que no quieran inyectarse la pertinente vacuna contra el coronavirus, posicionándose del lado de las empresas. Así, la presidenta del Comité Económico y Social Europeo (CESE), Christa Schweng, ha afirmado que se podría negar el derecho al trabajo a aquellas personas que se posiciones de este lado y rechacen la vacuna. La austriaca considera así que, en el caso de que una empresa no decida contratar a un trabajador por el simple hecho de haber renunciado voluntariamente a ponerse la vacuna del coronavirus -otro escenario bien distinto es aquellos que no se han sometido al tratamiento al no haberles tocado todavía al no considerarse como personas de riesgo- esto no podrá considerarse en ningún momento como una práctica discriminatoria.
"Como empresario, puedo decidir con quién firmo un contrato. El trabajador, por su parte, puede decidir si quiere trabajar en una empresa que le exige vacunarse o no” resumía en su discurso la mandataria centroeuropea.
Foto: Shutterstock
El Gobierno de Pedro Sánchez anunció hace unos días el plan de vacunación al que se someterá España en unas semanas, dando prioridad a los considerados como población de riesgo (sanitarios, ancianos, pacientes crónicos) e inmunizando al resto de la población conforme se vayan adquiriendo más dosis en el mercado. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ya ha anunciado que si bien no es obligatorio vacunarse contra el coronavirus sí es extremadamente recomendable, y ha hecho un llamamiento a la responsabilidad de la población. Illa considera que, en base a experiencias pasadas en otros países, consideran contraindicado la obligación gubernamental para ello, dejándolo así en manos de los propios ciudadanos.
Por otra parte, la visión de las empresas es bien distinta, ya que estaría justificado el despido de aquellas personas que hayan rechazado el protegerse contra la enfermedad
¿Obligados a vacunarse?
Aunque todavía no existe jurisprudencia al respecto, lo cierto es que la Unión Europea ya ha hecho una afirmación firme sobre el supuesto de que se produzcan despidos de trabajadores que no quieran inyectarse la pertinente vacuna contra el coronavirus, posicionándose del lado de las empresas. Así, la presidenta del Comité Económico y Social Europeo (CESE), Christa Schweng, ha afirmado que se podría negar el derecho al trabajo a aquellas personas que se posiciones de este lado y rechacen la vacuna. La austriaca considera así que, en el caso de que una empresa no decida contratar a un trabajador por el simple hecho de haber renunciado voluntariamente a ponerse la vacuna del coronavirus -otro escenario bien distinto es aquellos que no se han sometido al tratamiento al no haberles tocado todavía al no considerarse como personas de riesgo- esto no podrá considerarse en ningún momento como una práctica discriminatoria.
"Como empresario, puedo decidir con quién firmo un contrato. El trabajador, por su parte, puede decidir si quiere trabajar en una empresa que le exige vacunarse o no” resumía en su discurso la mandataria centroeuropea.
Foto: Shutterstock