Los principales fabricantes de vacunas contra el coronavirus están anunciando en los últimos días los buenos resultados conseguidos en los ensayos clínicos realizados y ya son muchos los que ven la luz al final del túnel de esta terrible situación por la que pasa el planeta. Los más optimistas creen que antes de final de este año comenzarán a realizarse las primeras vacunaciones masivas y esto propiciará el final de la enfermedad en unos meses. Por su parte, los más pesimistas creen que todavía es pronto para lanzar las campanas al vuelo y que no volveremos a una situación de normalidad hasta dentro de unos años. Sea quien fuere tenga la razón, lo cierto es que para poder despojarnos de las mascarillas de forma definitiva tendrán que pasar varios meses, ya que el riesgo de contagio estará presente aún consiguiendo inmunizar a la mayoría de la población nacional.
Mascarilla, ¿hasta cuando?
La mascarilla se ha convertido en un objeto imprescindible en España, tanto, que antes de salir a la calle, ya nos hemos acostumbrado a comprobar que la llevamos puesta de una forma casi mecánica, igual que hacemos al tocarnos los bolsillos para asegurarnos de que el móvil y las llaves están ahí, ahora nos tocamos la cara. Por mucho que el principio del final de la pesadilla esté cerca, lo cierto es que este acto reflejo seguirá acompañándonos al menos hasta 2022 y así lo ha asegurado Juan José Badiola, director del Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes de la Universidad de Zaragoza en una entrevista concedida a Liarla Pardo de LaSexta el pasado fin de semana.
El especialista considera que "si las vacunas realmente protegen, que es lo que se espera que ocurra, pienso que es posible que haya que seguir usando las mascarillas en determinadas circunstancias, pero no de una forma tan generalizada como ahora", con lo que el escenario más inmediato podría ser el de tener que usar las mascarillas en espacios cerrados o en los que exista una gran concentración de personas, pero no así para estar en un espacio al aire libre, donde el riesgo de contagio es muy inferior según los estudios realizados al respecto.
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